Aún recuerdo cuando Marlin me escribió para contarme su boda. Ella es venezolana, Grant, su marido, irlandés y pretendían celebrar su boda en Altea. ¡Me encantan las historias que comienzan con una locura! Pues lo consiguieron, y vaya si lo consiguieron, decenas de amigos y familiares llegaron desde Irlanda y Venezuela para celebrar la boda de Marlin y Grant en la iglesia de Altea. Las vistas desde allí son espectaculares a si que no dudamos ni un minuto donde serían las fotos antes del coctel. Más tarde nos desplazamos a Calpe donde el Hotel nos tenía preparado un suculento banquete y una fiesta increíble ya que el novio y sus amigos tocan en un grupo... imaginaros la que se montó...